Osteoporosis
• Concepto
• Clasificación
• Manifestaciones clínicas
• Evolución y pronóstico
• Tratamiento
• Concepto
• Clasificación
• Manifestaciones clínicas
• Evolución y pronóstico
• Tratamiento
La osteoporosis es una enfermedad producida por el déficit o pérdida de masa ósea proporcional, tanto en componente mineral como en matriz ósea. Esto significa que se pierde hueso, pero el que queda es normal.
La matriz ósea es la que determina la resistencia del hueso a la tracción, mientras que el componente mineral es el que le otorga la resistencia a la compresión. Por ello, el hueso osteoporótico se hace más frágil, pierde resistencia y se producen fracturas patológicas de forma espontánea ante traumatismos desproporcionadamente pequeños.
Según el tipo de tejido óseo al que afecta:
• Tipo I: la pérdida de masa ósea afecta predominantemente al tejido esponjoso. La fractura más característica es el aplastamiento vertebral.
• Tipo II: el déficit de masa ósea afecta principalmente al tejido óseo compacto. La fractura más frecuente es la de cadera.
Según su causa:
• Osteoporosis primaria: no hay una enfermedad que justifique la aparición de la osteoporosis. Hay tres tipos, que son los más frecuentes:
• Osteoporosis secundaria: hay alguna enfermedad que justifica la pérdida de masa ósea. Puede ser cualquier patología que produzca:
El mismo proceso ocurre en las vainas tendinosas, lo que conduce a la calcificación y a su rotura.
En los vasos sanguíneos, la inflamación da lugar a vasculitis alrededor y en el interior de los vasos pequeños y medianos. El infiltrado inflamatorio alrededor de los vasos da lugar a los nódulos reumatoideos. En el interior se produce una obstrucción trombótica, y por lo tanto el tejido irrigado por ese vaso se necrosa.
La inflamación también afecta a los ojos, la pleura o pulmón y el pericardio.
Mientras no se produzcan fracturas, rara vez provoca síntomas.
Hay pequeñas fracturas indetectables que pueden provocar dolor.
La osteoporosis tipo I (hueso esponjoso) puede provocar fracturas y aplastamientos de los cuerpos vertebrales:
• Se producen principalmente de la región dorsal media hacia abajo. Los aplastamientos de vértebras dorsales altas o cervicales suelen tener orígen traumático, infeccioso o metastásico, pero no osteoporótico.
• Se pueden producir sin causa alguna o por traumatismos mínimos.
• Dolor intenso, muy manifiesto en el lugar del aplastamiento. Si es dorsal medio se irradia hacia adelante a modo de cinturón. Si es lumbar irradia hacia los glúteos. Tiene características mecánicas. Se mantiene muy intenso durante una o dos semanas y va disminuyendo con el reposo hasta desaparecer en cuatro o seis semanas. Si pasado este tiempo el dolor no desaparece, habrá que buscar otra causa diferente a la fractura.
• No cursa con manifestaciones neurológicas porque el arco posterior es muy duro y no suele aplastarse ni romperse. Si existen este tipo de manifestaciones, habrá que pensar en un orígen traumático, infeccioso o metastásico de la fractura.
• Si se aplasta una vértebra dorsal media se producen vértebras "en cuña". En lumbares o dorsales bajas disminuye la altura de la parte central de la vértebra, dando lugar a vértebras "en pez" o "en diábolo".
• Los aplastamientos vertebrales provocan cifosis y disminución de la altura.
La osteoporosis tipo II (hueso compacto) provoca fracturas tubulares (de cadera, de Colles...)
En la osteoporosis primaria no existe ninguna prueba de laboratorio que pueda ayudarnos a diagnosticar ni a controlar la enfermedad.
En la radiología, hallamos un descenso de la densidad ósea y un adelgazamiento de las corticales, pero estos datos son inespecíficos. No es muy científico diagnosticar osteoporosis por radiología convencional. El método ideal para medir la masa ósea es la Densitometría Ósea.
Es una enfermedad irreversible. Al plantear un tratamiento no se persigue curar la enfermedad, sino hacer que el enfermo no pierda más masa ósea, mantener la que tiene o incluso aumentarla, pero llevarle a la normalidad es imposible.
Afecta muy poco al pronóstico vital de la persona, pero puede provocar invalideces por las fracturas osteoporóticas.
Lo fundamental es la prevención, intentando que todo el mundo llegue a los 40-45 años con la mejor y mayor cantidad de masa ósea posible: ejercicio físico, toma moderada de Sol, nutrición adecuada...
A partir de esta edad se tratará de que pierdan la menor cantidad de masa ósea posible, eliminando además otros factores de riesgo como el tabaco, el sedentarismo, el café...
El tratamiento médico puede incluir estrógenos, calcitonina, calcio, vitamina D, flúor...
Es muy importante evitar las caídas.